Como no podía ser de otra manera -y por la cuenta que me trae- dedico este post a la que, sin duda, es la noticia de la semana en materia de buscadores.
Este lunes 28 de julio tuvo lugar el lanzamiento de CUIL, un nuevo buscador que persigue rivalizar con el gigante de la industria Google y aventajarlo en un futuro inmediato. Lo que es lo mismo: un buscador llamado deseo.
Esta más que interesante pretensión nace de cuatro cerebros que responden al nombre de Anna Patterson, Tom Costello, Russell Power y Louis Monier, sus creadores. Antiguos ingenieros de Google e IBM, para más señas.
«Cuil» -que significa «conocimiento» en gaélico y se pronuncia como la voz inglesa «cool» (guay, molón)- ha costado unos 33 millones de dólares y en palabras de sus artífices es capaz de ofrecer mayor rapidez y mayor cantidad de contenidos de internet a menor coste que Google.
Frente a los motores de búsqueda tradicionales que establecen la relevancia de las webs según los enlaces que reciben, Cuil se basa en el contenido web según su contexto. Ordena los resultados por categorías en función de su temática para una misma búsqueda, agrupando así los resultados de cada consulta en grupos de páginas relacionadas.
Otra de las ventajas diferenciales de las que alardea la herramienta es la protección de la privacidad. A consecuencia del sistema de indexación que utiliza (hasta donde sabemos, claro) y como respuesta a las numerosas quejas achacadas a Google, Cuil no registra ni la dirección IP, ni nombre, ni cookies del usuario. Una buena estrategia de marketing, diría yo…
Mucho se especula estos días precisamente sobre el modo de indexar y almacenar las páginas que emplea el buscador, pero sus responsables aseguran que contiene 121.617.892.992 webs, tres veces más que Google.
Sin embargo, ya en el día de su lanzamiento muchos usuarios manifestaron su descontento con Cuil y es que sus servidores no aguantaron el tirón y llegaron a colgar el cartelito de «We’ll back soon«.
Las conclusiones para mí están claras:
- Diseño, aspecto y apariencia muy atractivos.
- Ciertas funcionalidades y opciones muy acertadas como: la estructura de pestañas para mostrar las distintas categorías relativas a una misma búsqueda, la estructura de las páginas de resultados con más texto descriptivo e imagen y la posibilidad de elegir entre la vista de 2 ó 3 columnas. Mejora sustancialmente en este sentido las frías listas de los buscadores tradicionales.
- Resultados muy pobres. En las búsquedas que he realizado probando con diferentes términos (de una y más palabras) no me resultó demasiado convincente en la inmensa mayoría de las ocasiones. Los contenidos más útiles y de calidad no aparecen en las primeras posiciones y ya hace mucho que uno no pasa de la primera página de resultados… En este punto, os puede interesar la comparativa que hace Danny Sullivan en este artículo.
El problema está, pues, en la capacidad de relevancia suficiente que demuestre frente a su competidor. Habrá que realizar muchas pruebas de medición para valorar realmente sus méritos. Por el momento, es demasiado pronto para ser verdad.
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