Aunque la salida oficial del nuevo navegador de Google estaba prevista para el martes 2 de septiembre a las 21 horas, parece que por un error de anticipación por parte de uno de sus ingenieros, finalmente la noticia se difundió rápidamente por internet desde la madrugada del lunes al martes de esta semana.
Chrome está basado en código abierto y sus creadores han utilizado elementos de distintos navegadores, como Safari / WebKit de Apple o Firefox de Mozilla.
Lo que más nos ha gustado es su diseño y su rapidez. Y, como no, lo sorprendente de ser open source, con el consiguiente beneplácito de los programadores que podrán conocer la tecnología que hay detrás del navegador y usarlo libremente en beneficio propio. Ante este hecho, Google responde que lo importante es impulsar la innovación y la competitividad en internet, favorecer la aparición de nuevas aplicaciones y estimular al usuario.
Sean cuales sean las intenciones de la compañía del buscador (ahora ya mucho más que eso) y al margen de sus intenciones de desbancar a Microsoft y convertirse en el monopolio web, por el momento me quedo con las opciones más destacables que nos ofrece su versión beta para Windows. Algunas de ellas son:pestañas independientes, rapidez de su motor V8 de Java Scrpit y tiempo de respuesta, barra de navegación y buscador que sugieren términos o direcciones relacionados. Además de poder borrar las cookies, la caché o el historial de un día determinado, el sistema permite navegar en «Modo incógnito» con el que no quedará rastro de nuestros pasos. Se ha habilitado asimismo una opción para reportar error o sitio web defectuoso en la búsqueda de su correcto funcionamiento.
Y nos mantenemos a la espera de la versión para Mac y Linux que promete más estable, actualizada y mejorada.
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